viernes, 1 de abril de 2011

Burn!

Una piel que arde, que quema, que enloquece…

La verdad no sabría nunca en toda mi vida llamarte “amor”. Pero no pediré perdón…

“Luces hermosa” le dijo con la mirada perdida en ese cuerpo que creyó nunca volver a soñar, ese maldito vestido negro que se ajustaba tan bien a cada curva. Esos altos zapatos que le daban ese aire y movimiento inconfundible y que la hacían llegar casi hasta su mentón. La manera en que disfrutada sabiéndose deseada y admirada por más de uno de los allí presentes.

“Gracias” dijo ella desde la vergüenza y casi cayendo en la cohibición. Si alguna vez pudiera decirle cuanto odiaba ser el centro de atención, el de él. Sabía de sobra que era una mujer común, que si vistiera jeans y una polera normal, ninguno de esos hombres la miraría. Sabía que la palabra “hermosa” y ella en una misma oración era poco probable y le incomodaba.

“¿Bailamos?” preguntó él, sonriendo ante la probabilidad de poder tenerla aun cuando fuera sólo un par de minutos en sus brazos.

“¿Bebamos?, le respondió ella creyendo haber reconocido cierto deseo destellando en esos ojos tan familiares y queridos, los ojos de aquel que siempre lucho por ser su mejor amigo.

Y bebieron y hablaron, riendo, recordando, interrumpiéndose al hablar, dejando a un lado cualquier momento que pudiese ser una justificación al dolor.

“¿Un cigarro?” ofreció el mirándola de reojo mientras otra vez le llenaba el vaso con ese exquisito escoses que se empeñaba en robarles el alma y entibiarles los huesos.

Ella sonrió maliciosa a modo de respuesta y él le extendió el cigarrillo que acaba de prender y que seguía humeando en sus labios.

El contacto, el huracán, la confusión… él aferrándose a esa mano tierna y suave, que en algún instante el azar posó en su propia mano. Y alguna voz en su interior le recordó que así sería siempre, cada vez que creyera que por fin la había superado, la vida le diría que nunca podría… ella estuvo segura esta vez, eso no era un destello, era lo que siempre busco en los ojos de otro hombre, esa mirada ardiendo de deseo, envolviéndola, estremeciéndola… ese deseo del que ese otro hombre siempre huyo, ese infierno adorado en el que nunca quiso consumirse.

Y él se entregó a la esperanza, mientras ella se perdonaba por los errores que podría cometer esa noche.

“¿Bailamos?” preguntó ella con el mismo brillo en los ojos, con el que segundos atrás había aceptado un cigarrillo…

“Bailemos” respondió el mientras se ponían de pie y se aferraba a esa cintura en el camino hasta la pista.

Y el infierno se alinea, todo coincide. Esa canción eterna, llena de gemidos y deseos… esas manos firmes obligándola a moverse tan cerca de él, hombre y mujer sintiéndose en cada centímetro y el calor subiendo desde los pies, coloreando sus pálidas mejillas y esa boca quemante e imprudente en su cuello, en sus hombros y la certeza de esas manos casi en el fin de su espalda, en el límite, presionando su cuerpo contra el de él.

“¿Salgamos de aquí, por favor?” Suplicó él, con la voz como un gemido, como los de la canción que ya casi terminaba, “¿Ven conmigo?”

Y el último acorde la despertó. Le recordó que el amor era aquello que la mantenía en pie. Que aun cuando quizás ese hombre que ahora dormía nunca lo sabría, sin siquiera la certeza de que le pudiera importar… sabiendo que él nunca la desearía en esa manera.

“No” dijo mientras volvía a la mesa y se llenaba otro vaso.

jueves, 31 de marzo de 2011

...

NO PUEDO RESPIRAR, EL DOLOR SI MATA!

viernes, 5 de marzo de 2010

FINISH!

Hoy descubrí que jugamos con fuego... que me queme las manos y el corazón... que es mejor cortar de raíz las cosas que pueden dañarte... que nuestro error fue nombrar al sentimiento que nos unía...

Y la melancolía me mata...

domingo, 21 de febrero de 2010

Soñé con mariposas...






..."I love when you make me feel all this butterflies inside of me"...

viernes, 1 de mayo de 2009

Dream...

Seis Grados de Agitación Interior: VII. Rondando la Caída (repetición)

Me siento vivo de nuevo,
la oscuridad se aleja tras de mí.
Soy invencible
nunca me inundará la desesperación.

Me siento con fuerzas,
tengo un nuevo estado de júbilo,
un ilimitado poder,
una fijación eufórica.
Aún me cuesta pasar por ello,
parece tan absurdo sentirlo,
cuando todo lo que quiero hacer es llorar.
¿Quién podría siquiera saber que me sentí tan hundido?

Incluso cuando parezco estar bien,
sé que nunca volaré,
y cuando caiga del cielo,
¿quién estará esperándome?

¿Estarás tú esperándome?


Seis Grados de Agitación Interior: VIII. Tiempo Perdido / Gran Final

Ella viste de negro cada día,
lleva su pelo liso y sencillo,
nunca lleva maquillaje,
pero a nadie le importaría que lo hiciera.

Ella no se acuerda del ayer,
los rostros parecen deformados y extraños
pero siempre despierta,
tan sólo para darse cuenta de que ha estado ausente.

Ausencia de conciencia,
pérdida de tiempo,
un lapsus de percepción,
una pérdida de tiempo.

Deseando escapar,
ella había creado un camino para sobrevivir,
aprendió a distanciarse de sí misma,
una conducta que la mantuvo viva.

Ten fe frente a nuestra angustia humana,
ayúdanos a comprender la más profunda agitación
que toma posesión de nuestras vidas.
La vergüenza y la deshonra inquietan nuestra mente.
Haznos mantener el cuidado a aquéllos que amamos,
la bendición en nuestros corazones
y el pesar de nuestras almas.
La decepción de la fama,
la venganza bélica,
las vidas destroza.
Perdiéndose a uno mismo,
cayendo a la nada,
sintiendo cerrar los muros.
Un viaje para hallar
las respuestas que tenemos dentro
de nuestra mente ilusoria.

viernes, 6 de febrero de 2009

Dreaming*

Is not easy... not at all...



Nacemos sabiendo que moriremos y para mí la muerte siempre fue una extraña obsesión. Lo primero que dijo mi abuela paterna al verme fue que venía marcada por la muerte... bien, mi abuela siempre estuvo un poco loca también dijo a mis dulces 15 años, que yo era el reflejo del diablo. Si, me reí mucho. Pero hoy ya no me causa gracia.
Talvez no sea malo que de antemano sepan que siempre creí que moriría por mi propia acción. Si, es un poco extraño, nunca pensé en suicidarme, pero siempre lo soñé; mi inconsciente lo decía a gritos. Siempre agua, mi sangre y muerte. Las pastillas con las que me intoxicaron por años no surtieron efecto alguno en mí, llegue a pensar que agravaban el problema... mientras más fuerte la dosis, más real el sueño, más completo.
Hoy a mis 28 años ya cumplidos hace rato, puedo mirar a la muerte de frente y decirle que no le temo, que este es mi sueño tal y cual lo viví cada noche. Que ya morí por muchos años y esta es sólo otra oportunidad.
Lástima que el día que lo entendí todo, no tuve la brillante idea de contárselo a nadie... hoy sabrían que de verdad no fui una potencial suicida nunca, si no más bien una victima de los acontecimientos.

El sueño...

"Otra vez llego tarde y rendida de algún lugar, mal lugar que prometo por millonésima vez no volver a pisar. Vivo sola en un céntrico departamento de mi ciudad... Donde las noches son días y ni el más agudo oído podrá oír nunca; el grito ahogado de algún individuo en problemas. Resignada prendo el reproductor y pongo el CD que me ha obsesionado en los últimos 10 años. Camino en dirección al baño y voy desnudándome, marcándote el camino para que me encuentres.
Doy el agua caliente de la tina, es invierno y llueve, vuelvo en mis pasos y le subo el volumen a la radio, miró mi ropa en el piso mientras vuelvo al baño y enciendo un cigarro; sonrío... tú y yo sabemos que esto lo hago sólo por ti, por tus ojos dementes en mis pupilas.
Apago el cigarro y me meto a la tina... cierro los ojos y trato de cantar la canción que suena con desenfado desde la sala. Es la señal, ya la conoces. Tus manos frías recorren mi cuello, rápido ante mi sobresalto una se posa suave sobre mi boca pidiendo silencio. Obedezco pues esas manos son familiares y queridas. Sigues tu labor con esmero; tus manos recorriendo con suavidad y cierto temblor mi pecho, tus manos frías bajando por mi vientre... tus manos, tu silencio, tu frío, tu respiración y la música que deje de sentir. Tengo miedo, en algún lugar de mi mente algo me grita que sé lo que pasará, que mire su cara, que intente alguna marca que cuente mi verdad. Pero estoy paralizada, de pronto el agua ya no es tan tibia y sus manos no tan tiernas.
En un segundo toda la fuerza de su brazo derecho sumerge mi cabeza, su mano izquierda sigue suave entre mis piernas. Pienso en luchar contra su fuerza, pero rápido atrapa mi mano en el aire. Tiene fuerza y todo su peso sobre mí. Lo he echo mil veces antes...
Dios! me entrego otra vez.
El trabajo que sigue es como un ritual, no hay huellas, no hay marcas... sólo silencio y yo sumergida en el agua... toma un cuchillo de la cocina y pone "repeat" al CD que suena en la radio. Con su mano toma mi mano, me hace tomar el cuchillo y corta la muñeca opuesta. hace el mismo trabajo a la inversa. Me besa la boca rozando con sus manos mis labios amoratados... el cuchillo cede un poco de mi mano izquierda, pero no caerá... Desaparece, tal como llego, sin que yo pueda verlo”

El agua se tiñe de rojo, por la tina aún corre un hilo de mi sangre, no sé quien me encuentra, eso no estuvo nunca en mi sueño... sé quien lo hizo y no puedo decirlo...
No hay verdes campos de flores, no suena mi canción favorita de fondo, no río estrepitosamente.
Hace frío y esta obscuro...

Nadie pretende investigar, todos sabían que tarde o temprano esto sucedería.

lunes, 2 de febrero de 2009

Salut

NO nos dejemos en el olvido.
Te quiero, Me quiero.