Convirtiéndose en mi amante seductor,
En mi amigo entrañable...
El dolor repitiendo mi nombre incansablemente,
Para no olvidarlo nunca.
Haciendo nido en mis rincones,
El dolor obligándome a enrollarme
Sobre mí...
Para dormir, para no volver a despertar.
El dolor, robándome el aire, las ganas, el amor, la fuerza.
Devastando todas mis luchas
Todos mis sueños,
Cada una de mis esperanzas.
El dolor, deslizándose en mi piel,
Jugando con mi mente
Arañando mi ser, mi esencia...
El dolor eterno;
El dolor sin fin, sin límites
Dolor en mis ojos cerrados, en mi mirada despierta.
Dolor en mi locura y en mi desquiciante lucidez.
Dolor al caminar,
Dolor cuando la angustia me paraliza.
El dolor, de vivir encadenada, por siempre.
De no saber morir seducida,
Por los ojos más cargados de paz...
Por los ojos de tus deseos
De tus inagotables muertes.
A esto me entregue...
No hay paraísos, ni infiernos,
Sólo dolor, inextinguible, irrespirable, insufrible...