
Ahí estábamos, él tratando de sonreírme, lo imagine buscando palabras como yo y sólo encontrando un negro pozo vacío en su mente.
Vamos, me dije, no eres una niña, relaja la situación.
Pero me costo un par de minutos ponerme de pie, buscar algo de música… Lentos, clásicos en ingles… Bien me dije, que sepa que lo quiero conquistar, que lo quiero cerca de mí.
Llene las copas y lo invité a pasar al living… El calor hacía todo más difícil, mi mente se atonta en el calor.
Lo dejé mirando mis libros, mientras me disponía a lavar la loza y ordenar un poco. Llego por mi espalda, sin que lo sintiera y sus manos acariciaron mi cabello, mi cuello… Me dijo te ayudo y se puso mi delantal de winnie de pooh, que estaba colgado en la cocina. No pude más que reírme, al verlo así… y él se río conmigo… Eso debió relajar el ambiente… él lavaba yo secaba y conversábamos de lo difícil que nos había resultado esta primera cita con aires románticos.
Al terminar nos fuimos al living… Volví a llenar las copas, el vino y el valor, la templanza disipándose y nosotros volviendo a ser los cómplices de siempre, los imanes atrayéndose tan poderosamente, sólo que en otro plano, en el de “enamorar” al otro.
Era raro jugar con él al romanticismo y fue más raro aún verlo acercarse lento e invitarme a bailar.
Acomodarme en su pecho, mis manos en su cuello… nunca antes había notado que tanto más alto era que yo… y me deje conducir por el ritmo lento de esa vieja canción… y el mundo se volvía a desvanecer bajo mis pies, a mi alrededor…
Nada excepto él y yo; su cuerpo, el mío y el susurro de esa canción en mi oído
Sometimes I wonder
Si, nunca antes lo había tenido así, rendido frente a mí, desarticulado como yo… nunca antes lo había mirado con estos ojos con los que lo miré esa noche…
Hoy haciendo el balance, mientras te cuento esta historia y su cabeza descansa en mis piernas y duerme placidamente, y suena la misma canción de Bad English… me resulta un poco extraño, fuimos al revés… primero nos desbordo la pasión, después mucho después, nos entregamos a esto que nos une, mucho después estuvimos dispuestos a conocernos, aceptarnos y amarnos…
Aunque la tensión que le produce su carne a mi sangre, nos siga enloqueciendo.
Si, esa noche dormimos juntos como tantas otras veces, pero hicimos el amor y eso es mucho mejor que sólo tener sexo… y despertamos abrazados, y me sonrío cuando a duras penas abrí los ojos y me dijo “Hola dulce”, mientras yo trataba de procesar todo y descubría cuanto me gustaba esta nueva manera de “estar juntos”.
Y eso, los detalles, los detalles te los doy después.