Stgo. Junio, 6 del 2007
Hoy no es un buen día, lo descubrí en la mañana, cuando sonó el despertador a las 05:30am. Algo inmediatamente me dijo, que sería sólo otro mal día. Entonces decidí no levantarme de inmediato, dejar pasar un poco, dormir unos 15 minutos más y talvez, al volver a despertar mi sensación hubiese cambiado.
Pero nada, en lugar de 15 minutos, fueron treinta y cinco, o sea ya me había atrasado…
Los paraderos atestados de gente corroboraron mi teoría matutina, un taxi, no había más remedio, ya en el metro, estación las rejas, deben saber que en ese lugar la masa te lleva, te sube, te empuja… desde lo que lleva el transantiago debo contar unos 20 moretones a su haber. Eso debe ser poco.
La voz por los altoparlantes, avisando que nos detendremos por unos segundos en el túnel, entre Republica y los Héroes. Segundos que terminaron siendo largos 3 minutos, y yo que sufro de claustrofobia. Le subí el volumen a la música y cerré los ojos, debía olvidar que estaba atrasada y en la mitad del túnel, debía olvidarlo o golpeaba a la mujer que ya no hablaba, si no que cacareaba a mi lado.
Al llegar a Tobalaba, ya llevaba unos quince minutos de retraso, ¡Qué más da!... Un cigarro podía calmar un poco la estupida sensación de que las cosas aún, podrían ponerse peor.
Y claro, otro paradero lleno de gente o bestias… creo que eso es algo que no esta muy claro. Realmente parecen bestias. Pero eso creo que es tema para otro discurso. Deje pasar el bus, no estaba dispuesta a pelearme a golpes por subir. Espere largos 10 minutos, hasta que llego otro bus, vacío.
Llegué al trabajo, le di las explicaciones más honestas a mi jefa, incluido eso de no querer levantarme, se río un poco y me hablo de trabajo.
Laboralmente, un día fome, muy lento, muy largo. Una eternidad para llegar a casa.
No me he sentido muy bien, algo anda mal en mí, el resfriado se me extendió mucho y de todo lo demás, mejor ni hablar… estoy cansada, cansada de todo…
Es difícil pretender un buen día, yo no estoy funcionando bien… necesito apurar el tiempo, hasta ese momento. Pero necesito tiempo para sanarme. Lo siento desde hace tanto. Necesito que el mundo se detenga un rato, que pare de girar. Necesito quedarme en la cama hasta tarde y cumplir mi horario en el trabajo. Necesito salir con mis amigos, necesito descansar. Dejar de sentir este vértigo constante, de no saber que viene más adelante. Necesito confiar en mí y en mis capacidades. Necesito dejar que la vida se me pase un poco por delante de los ojos, sin sentir que me estoy quedando debajo de algo importante, por que nada es TAN IMPORTANTE. Necesito sacarme el vacío que me dejaste hace tantos años, necesito dejar de esperar que el tiempo se devuelva, para que tus brazos me aprisionen y hagan desaparecer los miedos, los dolores. Necesito dejar de sentir, esta pena tan grande, cuando escucho esa canción y cierro los ojos y veo ese día de lluvia, el día más triste de nuestras vidas. Necesito llorarte otra vez y mil veces más, hasta que entiendas que sin ti la vida perdió mucho sentido, que todavía me parece injusto que el cielo te haya cortado las alas, en pleno vuelo. Quiero dejar de sentir que no puedo perdonarte el haberme abandonado. Necesito reírme de todo esto y sentir los ecos de tu risa, en mi risa. Necesito que me digas como siempre, que esta bien y que esta mal. Necesito romper esta tonta necesidad de seguir escribiendo, cartas que no puedes leer. Necesito volver a ser la niña corriendo por el campo, en la casa de mi abuelo, con el viento en la cara y tú compañía.
Necesito también darte las gracias, por crecer conmigo, por jugar conmigo, por ser mi amigo.
Por darme consuelo hoy y susurrarme en el viento que todo va a estar mejor, que nada es tan importante.
Y por que no pedir disculpas, por desviarme así del tema, por hacer de esto una carta personal. Tengo una excusa… Hoy no es un buen día.
Ale.
